lunes, 11 de junio de 2012

¡EL SIGUIENTE, POR FAVOR!

Es el grito del destino europeo, tras el semi-rescate a España. Imagino que en breve volveremos a oír, por enésima vez, a los mismos ineptos dirigentes decir "lo peor ya ha pasado", "Italia no es España" (como España no era Grecia, ni Portugal, ni Irlanda, pero a todas ha habido que rescatarlas). Seguirán con que el "euro se consolida", o "ahora hay más Unión Europea", o cualquier otra sandez. Y todo ¿por qué? Porque los miles de millones de dólares de todo el planeta siguen, a pesar de los intentos antidemocráticos de planificación central, ejerciendo su libre derecho a no prestar a unos gobernantes irresponsables.

La realidad es que, desde el inicio del problema griego, la situación sólo ha ido a peor. Todas las frases bonitas de los gobernantes han sido aniquiladas por la Sra. evidencia, mientras nuestros líderes eran incapaces de ver la que se nos viene encima desde 2008 (hablo en presente, no en pasado). A pesar de haber ganado tiempo con sus aberraciones monetarias, éste ha sido malgastado soñando con que todo se arregle "por obra y gracia del Espíritu Santo". Claro, como nunca entendieron dónde está el origen del problema, dónde hay que recortar (gastos), qué legislaciones hay que flexibilizar, siguen a la espera de esos brotes verdes que deben florecer solitos. Al reloj de esperanza de vida del euro ya no le queda mucho tiempo, y las reformas españolas de medias tintas son insuficientes para que los inversores se crean que esto se acaba aquí, que los países podrán pagar sus deudas. Sólo vuelven a robar tiempo al destino creando más billetitos para la ocasión, el dulce veneno que llevan inyectando desde hace cuatro años.

Para mí, España ha pasado de intervenida extraoficialmente a rescatada oficialmente. Antes, los gobiernos que mandan en Europa podían exigir a España reformas que nuestros ignorantes gobernantes no entendían que debían hacer para que la economía española dejara de estar sistemáticamente en la lista de las menos eficientes. La amenaza política consistía en que el BCE dejara de comprar tu deuda y los políticos europeos dejaran de echarte piropos en ruedas de prensa, lo que equivale a mostrar su apoyo y compromiso. Ahora, con el rescate, ya no tenemos derecho ni a opinar. Como mucho, podemos hacer como Grecia, prometer y no cumplir, y volver a prometer y volver a no cumplir, como nadie se atreve a romper la baraja. 

Un articulista ha utilizado una metáfora para definir la situación europea que me ha parecido muy acertada. Los líderes europeos vuelven a sentarse a la mesa para seguir pidiendo más platos, mientras se miran unos a otros con cara de ¿quién pagará la factura? Considero la ayuda a España una noticia buena para España (que se financiará un poquito más barato) y muy mala para Europa (que evidencia la metástasis de su crisis y crea más desunión y antieuropeísmo en los otros países rescatados, que ahora se consideran peor tratados que España).

Para ver hacia dónde va este tren no hay que ser muy listo, sólo despertarse y analizar la realidad que nos rodea. Realmente ni eso, lo que está pasando hoy ya estaba predicho en la autobiografía de Margaret Thatcher hace casi dos décadas. La Dama de Hierro ya replicó a Jacques Delors, Presidente de la Comisión Europea entre 1985 y 1995, cuando éste sugirió crear una moneda europea común que eso sería "quizás la mayor locura de la era moderna". Thatcher también advirtió a John Major que no podrían convivir bajo una misma moneda una gran potencia industrial como Alemania y un país pequeño como Grecia. Además, opinó que el euro sería fatal para los países pobres porque devastaría sus economías ineficientes. Si comparamos la capacidad y claridad de ideas de esta líder con los de hoy, ¿no te da la sensación de que nos gobiernan los Teleñecos?

Termino con una idea: el Keynesianismo se impone al Hayekismo (ajustar el gasto a los ingresos), y no por racionalidad sino por una debilidad, la humana. La misma que nos trajo a esta situación problemática. Es muy sencillo: gastar es más apetecible que apretarse el cinturón, por eso tiene más tirada política, y si encima esta vez es "por una buena causa", mejor imposible. Mi duda es ¿por dónde reventará el sistema?, pues hay varias zonas (países, mercados, activos financieros, etc) que considero insosteniblemente tensas tras cuatro años de economía mundial centralizada, manipulada e impuesta a dedo para evitar el natural y necesario ajuste que se produce en los mercados cuando son libres. El problema para los dirigentes es que el mercado, que es la suma de muchos comportamientos individuales, es como el agua, se adapta y siempre encuentra un hueco por donde escapar a esa imposición, y entonces llegan las turbulencias y la destrucción de riqueza.

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